Prohibidas y tipificadas

Las terapias de conversión, con las que supuestamente se elimina la homosexualidad, bisexualidad o transexualidad, fueron prohibidas por el Congreso de la Ciudad de México y tipificadas como delito.
Hasta ahora, dichas prácticas no estaban reguladas y ponían en riesgo la integridad física, emocional y psicológica de quienes se sometían a los tratamientos, ya fuera por voluntad propia o forzados por familiares.
En sesión extraordinaria del 24 de julio, los diputados capitalinos sometieron a votación la iniciativa para modificar el Artículo 206 Bis del Código Penal, a fin de tipificar como delito las terapias de conversión. El punto se aprobó con 49 votos a favor, 9 en contra y 5 abstenciones.
Se trata de un avance para proteger el libre desarrollo de la personalidad e identidad de quienes integran la comunidad LGBT+.
Terapias, equiparables a tortura
Las terapias de conversión pueden ser equiparables a actos de tortura física y psicológica, indicó Víctor Madrigal-Borloz, experto independiente que colabora con la Organización de Naciones Unidas.
«Estas prácticas constituyen una violación flagrante de los derechos a la integridad física, a la salud y a la libre expresión de la orientación sexual y a la identidad de género».
«Cuando se hacen por la fuerza, representan una violación de la prohibición de la tortura y de los malos tratos», señaló a través de un comunicado.
Madrigal-Borloz ha trabajado con personas que han sido sometidas a las terapias y como resultado ha reunido testimonios a lo largo del orbe, los cuales dan cuenta de la crueldad que en ocasiones puede poner en riesgo la vida de las personas.
Inyecciones de testosterona, electrochoques, amenazas de violación, confinamiento y privación de agua y alimentos, así como humillaciones constantes son algunos de los métodos que se aplican.
Para los expertos internacionales es preocupante la proliferación de esta práctica en países como Estados Unidos, donde las principales víctimas son los adolescentes gay y transgénero.